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Mentiras II: Lo politicamente correcto

Mentiras II: Lo politicamente correcto

Quizás no sea nuevo. Quizás la censura al lenguaje y al pensamiento venga de lejos, solo que ahora se le ha dado nombre. Es lo mismo.

 

Antaño casi exclusivamente utilizado por los políticos y hoy en día, ampliamente utilizado por los medios de comunicación, los empresarios, los banqueros, economistas, médicos, ingenieros, analistas,  organizaciones de caridad u ONGs, homosexuales, militares, etc..paulatinamente ha invadido el lenguaje del común de la personas.

 

Formalmente, se define para describir ese tipo de lenguaje que trata de minimizar las ofensas que puede causarse a grupo etnicos, culturales y religiosas, y por extensión, al lenguaje que se ajusta a la ortodoxia política o cultural. En pocas palabras, es un tipo de lenguaje que impone una censura lingüística, una faja podriamos decir, que recoje nuestros grasientos modales. Si fuera solo un tema de modales, de mantener un cierto decoro en lo que se dice con el fin de mantener una convivencia armoniosa y pacífica, con los demas, hasta sería de sentido común. Pero todo apunta a que sus propósitos no son tan nobles y légitimos.

 

Y si a eso añadimos, que la correción política parece tener vida propia y que actualmente presenciamos como evoluciona y crece, extendiendose a todas clases sociales y todas las esferas de la actividad humana, cultural, economica, politica, interpersonal, empresarial, etc.. y amplia y perfecciona sus multiples posibilidades, tenemos un panorama que necesariamente produce repulsión.

 

Lo cierto que lo politicamente correcto falta a la verdad, la manipula, promueve la desinformación y envuelve la realidad con una pelicula pringosa y dulce pero cuyos amargos propósitos son el control del pensamiento,  generación de una realidad falsificada, solo aparentemente mas amable, menos dura.

 

Una de las pervesiones mas evidentes propiciado por este estado de cosas, es la extensión al lenguaje común mas allá del lenguaje periodístico o político. El lenguaje crea la realidad y el vulgo lo ha desarrollado hasta hacerla literal, llegando a entender  no ya que una palabra, un forma de hablar, no es politicamente correcto sino que ha determinadas actitudes que no son politicamente correctas (el error de piensagrupo llevada al extremo) sino que una realidad desagradable, oscura, inconveniente, negativa, mortecina, repeletente resulta claramente politicamente incorrecto. La consecuencia inmediata es describir la realidad en terminos politicamente correctos falseando la realidad, pero ¿Con qué proposito? ¿Qué hay detras de lo politicamente correcto y especialmente, cuando se utiliza en un entorno, por ejemplo profesional?

El Entorno Profesional/Empresarial

Es viejo el uso por parte del patrón del término "familias" para referirse al trabajador (me lo recordó ayer el sindicalista de la empresa). Desde luego, decir familias transmite un mensaje, absolutamente falso, que pone al patrón en el papel, algo así, como benefactor familiar. Trabajador es una palabra de por si desagradable...la raíz trabajo infunde sospechas. Y que decir de obrero...palabra casi ya en desuso, o proletario (prole...casi con el mismo fundamento que familia). Hay otras muchas palabras que se utliza para designar realidades crudas y desagradables: regulación o mejor aún reestructuración, o reajuste, o adaptación para ocultar lo que sencillamente es, despìdos. O hablar de asistente, ayudante, administartivo frente a secretaria (nadie quiere serlo).

Pero hoy me voy a ocupar de otras palabras: Positivo, motivación. Dos palabras muy apropiadas para designar esta tenedencia desintegradora de la realidad mediante el lenguaje. Hoy en día, en las empresas ser positivo forma parte de la correción política. Ser positivo pasa a significar no decir nada que cuestione, manifieste, describa una persona, su trabajo o una situación. Es decir, significa nada mas ni nada menos que ser correcto. Por contra, se descalifica mediante su contrario, negativo, convertido así en straw man u hombre de paja, a cualquier comentario, independientemente de su forma, que ponga de manifiesto que la situación es cruda, dificil, critica o insalvable.

No estamos tan lejos de la Neolengua orwelliana.

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