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Caminar por donde uno quiera

Caminar por donde uno quiera

En la oscuridad del norte hay un pez, cuyo nombre es inmenso. El Libro de Chuang Tse

Este principio de año, tan tonto como otros, me reafirmo en que andar es una de mis actividades favoritas. Caminar por donde uno quiera como dice Chuang Tse, y preferiblemente por aquellos caminos por donde pasan muy poca gente (el aislamiento es tan complicado), escuchar los pulsos de mi corazón (no quiero ser cursi, es absolutamente literal) y mi respiración agitada por culpa de mi escasa forma.

Dice el Maestro Katsuki Sekida, que si el Zen tiene algún principio,  esta en la respiración al borde de la asfixia. El practicante del Za Zen, mantiene la respiración apenas lo suficiente para no ahogarse y que en esa semi crisis respiratoria encuentra la mente y el espiritu (si existe) un entendimiento superior (?) de la realidad o, aún mejor en terminos en terminos Lacanianos, de lo real.

Acaso mi falta de forma, mi resuello, sea la causa de que el caminar sea para mi algo asi como meditar. No sé si veo lo real, lo transcendente o sencillamente me olvido de ella.

En cualquier caso, el camino imaginado, marcado o no, es una muy buena representación de la dinámica vital y sus disficultades. Cuando uno camina por ahí, por donde uno quiere, siempre se enfrenta a los caminos que se separan. La elección es inevitable. Sin nostalgias, no obstante.

Robert Frost (1874–1963). Mountain Interval. 1920.

The Road Not Taken

TWO roads diverged in a yellow wood,

And sorry I could not travel both

And be one traveler, long I stood

And looked down one as far as I could

To where it bent in the undergrowth;                              5

 

Then took the other, as just as fair,

And having perhaps the better claim,

Because it was grassy and wanted wear;

Though as for that the passing there

Had worn them really about the same,                               10

And both that morning equally lay

In leaves no step had trodden black.

Oh, I kept the first for another day!

Yet knowing how way leads on to way,

I doubted if I should ever come back. 15

I shall be telling this with a sigh

Somewhere ages and ages hence:

Two roads diverged in a wood, and I—

I took the one less traveled by,

And that has made all the difference.                                   20

 

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