Náufrago IV: Geografía vital
En el camino de Ítaca surcaras mares, desembarcaras continentes e islas, fonderas en puertos diversos, naufragaras, cruzaras desiertos, acarrearas tu desesperanza por las cienagas, y arrastras tu cuerpo por las selvas. Para todos los efectos, descubriras que el mundo vital es inmenso y nuevo. ¿Qué importa que hayan estado allí antes que tú? ¿de qué te aprovecha el conocimiento de otros? Atiende: cada una habrá de llevar buena cuentas de sus propias cartografias desde el principio. Cada noche, siempre que lo permita el tiempo, habrás de dibujar el mapa de tu travesía. Para ello buscaras el norte, realizaras los cálculos oportunos oteando el firmamento con tu sextante, y estableceras la hipótesis de su situación. Si no la haces asi estas expuesto a navegar en circulo, acabaras fondeando en las misma isla, y acabaras malgastando tu existencia recorriendo un ponto que es como un laberinto.
Cuántos hombres valientes han navegando estos mares sin acertar a arribar a Ítaca. Puede que con el tiempo y con el sufrimiento del viaje te sientas tentado a recorrer los mismos sitios. Te diras: Dominare estas geografias y luego me adentraré más allá. No te engañes, si hombre valientes no alcazarón Itaca, cuánto menos lo alcanzara un hombre cobarde. Por tanto mi buen amigo, he aquí un precepto para los navegantes: Sed valientes que es por miedo que se pierden muchos hombres en la mar.
Cuántos hombres valientes han navegando estos mares sin acertar a arribar a Ítaca. Puede que con el tiempo y con el sufrimiento del viaje te sientas tentado a recorrer los mismos sitios. Te diras: Dominare estas geografias y luego me adentraré más allá. No te engañes, si hombre valientes no alcazarón Itaca, cuánto menos lo alcanzara un hombre cobarde. Por tanto mi buen amigo, he aquí un precepto para los navegantes: Sed valientes que es por miedo que se pierden muchos hombres en la mar.
01/07/2005
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