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nunatak

La ausencia

He agotado mis obsesiones. Como las pasiones mas encendidas, a base de repetirse y excederse, han acabado por desaparecer. Al menos las obsesiones mas evidentes. En cambio, aún persiste insatisfecha, otras obsesiones mas sutiles, ronroneantes, que me acompañan como un perro viejo y fiel, y cabrón! Y por encima de todo, la oscura, intangible, obsesión de una búsqueda que no se sabe qué, ni se entiende ni se expresa. La ausencia permanente y familiar, de lo trascendente.

No echo de menos las pasiones que alguna vez, simultáneamente, iluminaron y oscurecieron mis años más jóvenes. Aquellas me hicieron olvidar los terrible de la ausencia, el sin propósito, el silencio, la blancura inocente, que como moneda de cambio exigían la entrega mas completa, más radical y también, su constante renovación.
Acalladas para siempre, esas obsesiones han dado paso a un silencio inmenso, desde el cual se hace posible vislumbrar la ausencia, que no precisa expresión, ni objeto, no precisa de símbolos ni ídolos, ni exige evolución ni renovación.

La búsqueda de un lugar donde, probablemente no haya nadie.
16/03/2005

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