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Felicidad II

Felicidad II

La felicidad es una estado de ánimo, y por eso mismo sujeto a la volubilidad y volatilidad que es propia de las emociones, que es posible gracias a su natural maleabilidad, la facilidad con que se inducen, se manipulan  y  controlan a través del pensamiento.

Como toda emoción,  es una experiencia subjetiva, individual, intransferible e indescriptible tanto para el pobre como el rico, el inculto o el erudito, el simple o el enrevesado, el sabio o el tonto.

La felicidad no depende de lo que habitualmente suponemos. Dinero, amor, salud , realización personal etc. Hay quien teniendo todo a su favor, se siente desdichado y otros, que viviendo en el umbral de casi todo, son felices de una manera que por mucho que lo pensemos,  no somos capaces de entender. Si lo entendieramos,  problamente seriamos mas felices.

¿Quiere decirse que el dinero no trae la felicidad? Con frecuencia, aquello que buscamos y obtenemos tiene la semilla de nuestra infelicidad.  Y al contrario, a veces, sin saberlo, la carencia nos libra de una desdicha mayor . ¿Se puede ser feliz siendo malvado? Interesante. La virtud tampoco parece traer la felicidad. Tampoco la perjudica. La felicidad no se ve favorecida ni por la fortuna ni por los parabienes que buscamos todos, por mucho que se insista en ello.  ¿Es más fácil ser feliz con el amor, con dinero, con salud?  La misma persona puede ser igualmente feliz o infeliz con mas o menos de todo. ¿Por qué es asi? El pensamiento precede a la emoción. Lo que uno piensa del amor, el dinero o la salud es lo que nos hace feliz o infeliz. El pensamiento induce las emociones.  La lógica del pensamiento se traduce en lo intratable de la emoción. Una vez activado el pensamiento, la emoción se desborda.

Sin embargo, el pensamiento no es permanente, y por eso mismo,  las emociones tampoco.  Lo que pensamos del amor, el dinero, la salud  varia con la atención,  la intensidad,  la frecuencia, etc.. y con ello la emoción que de ellas se obtiene. Por ello, el dinero no nos hace permanentemente felices. Raro es ser permanentemente feliz, pero si puede ser habitualmente feliz, la mayor parte del tiempo feliz.  Se es habitualmente feliz de acuerdo con los pensamientos que habitualmente tenemos, tanto los conscientes como los inconscientes.

Los pensamientos son los grandes manipuladores de la emociones. Nos enternecemos viendo imágenes de niños, sentimos nostalgia viendo las fotos del colegio, cuando queremos deprimirnos, escuchamos la música adecuada.

Los pensamientos interpretan la realidad. Igualamos la realidad percibida con la realidad., creando de esto modo, nuestro mundo. Creemos que el mundo es feo, cuando lo vemos feo. Creemos que el mundo es injusto y triste, cuando lo vemos justo y triste…y al contrario. El  mundo aparece con todo su esplendor cuando lo percibimos esplendoroso y hermoso.  Para cada uno de nosotros, el mundo es según lo interpretamos. Y lo Interpretamos de una forma sesgada, interesada y  adaptativa. Ademas es una interpretación dinámica y con frecuencia, incoherente que producen emociones mutables y contradictorios (no tener problemas pero ser infelices).

 Nuestra capacidad de adaptarnos se potencia con la hostilidad del entorno. Por ello, la disparidad de la respuesta entre las personas, ante los acontecimientos. Se mantiene mejor la compostura ante la muerte de un ser querido que ante el disgusto con un compañero de trabajo. Ante lo irrelevante somos superfluos y dramáticos, patéticos, y ante la clara  adversidad con frecuencia somos profundos, serenos y sabios. Nos hace mas infelices pensar que una nadería nos amarga, que un acontecimiento severo. Cuando somos sometidos a grandes injusticias, también nos sentimos profundamente resilientes.

Ego, pensamiento, actitud, sentimiento, emoción. Se gana mucho cambiando de actitud. Se gana más modificando nuestro pensamiento. Eliminando el ego, la felicidad no tiene sentido.

Muchos libros de filosofía y psicologia, incluyendo los libros de autoayuda, se centran en manipular las emociones, por medio de pensamientos conscientes.  La psicología con frecuencia quiere modificar el estado emocional,  mediante la reeducación, el condicionamiento, o mediante el descubrimiento de los pensamientos inconscientes.

Lo más extremo consiste en modificar  radicalmente nuestra percepción/interpretación del mundo . Puesto que nuestra percepción del mundo es subjetiva,  que se ha construido por nuestra educación,  nuestra herencia, nuestra experiencia, ¿por qué no modificarla ex profeso para hacerla mas propicia a la felicidad, la confianza y la esperanza? ¿y por qué no hacerlo con el Ego, que no es otra cosa, que la percepción que tenemos de nosotros mismos?

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