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Elecciones Gallegas

Como espectador de esta macro democracia, confieso que no acabo de entender su funcionamiento ni menos aún, sobre qué bases se fundamente el gobierno del estado, ese gobierno, que según nos dan a entender, es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

Lo que parece evidente, que no es cierto que la mayoría, la elección mas votada, gobierne, al menos en lo que se refiere al Partido Popular. Se está convirtiendo en una costumbre, que el Partido Popular tenga que gobernar en solitario, con mayorías absolutas (no lo hizo en primer gobierno Aznar), y el Partido Socialista, últimamente parece que solo puede gobernar mediante alianzas nada claras con minorías (en retroceso como el BNG), éstas tanto más minoritarias cuanto más alejado de la mayoría absoluta esté el PSOE. ¿Es democrático? Sinceramente no lo sé, pero no tiene pinta.

Lo que más me interesa saber como afecta al gobierno esta peculiar costumbre sea no o no democrática. Con este panorama, parece obvio que siempre, una importante parte de la ciudadanía, que puede llegar hasta el 45% (como últimamente, el caso de PP en Galicia) , puede estar destinada de una forma u otra, a carecer de una influencia efectiva en el gobierno de la nación o la comunidad. ¿Por qué? Si gobierna el pepé, el socialista (y por descontado las minorías de cualquier pelaje), sabe que hay muy pocas o por no decir ninguna de que su voz sea escuchada. Más aún, esas mayorías absolutas pasan como una apisonadora por cualquier iniciativa no ya de las minorías, sino de importantes grandes minorías. Poco más o menos ocurre con el partidario del pepé, que sabe a ciencia cierta, que la voz de sus electos, tendrán menos influencia y fuerza que pongamos, una minoría de unos cientos de miles. De alguna forma, la minoría es capaz de pasar como un apisonadora por cualquier iniciativa de una mas importante parte de la ciudadanía.

Y he aquí una paradoja de estas costumbres supuestamente democráticas y la que, desgraciadamente, provocan esceptiscismo hacia la política y nuestros gobiernos. O gobierna la mayoría absoluta prescindiendo del resto o gobierna la segunda mayoría, con la desproporcionada influencia de una o dos minorías, y nula influencia del vasto resto. O dicho en otras palabras, hay una vasta mayoría de personas que no cuentan cada cuatro años, y hay una minoría minúscula, que es capaz de doblegar al gobierno. Y visto así tiene pinta de una dictadura, de unos muchos frente a otros tantos, incluso de algunos pocos. Ante este panorama, cómo sorprenderse, que gobernando unos u otros, exista una permanente crispación y conflicto. Un buena parte de electorado vive crispada cada una o dos legislaturas.

No sé. Nunca me ha gustando esas amplias mayorías, que no cuentan con nadie. González o Aznar son ejemplos. Pero aún me gustan menos esas mayorías escasas, como las de Zapatero, que se forzados a contar con minorías dudosas para alcanzar y mantenerse en el gobierno.
¿Dónde esta ese supuesto tan sano que ampara la constitución, de gobierno de mayoría simple, que ha de acordar y negociar con todos para permitir llegar al gobierno y garantizar la gobernabilidad? Eso parece más democrático. Es más, parece de sentido común. En este país, se ha sustituido el sentido común para el bien común, por la lucha de poder a toda costa e incluso en perjuicio de la mayoría.
20/06/2005

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